Otoño en Salamanca

"Ya está aquí el otoño. Lo anuncia esa delgadez del aire, cruzado de ráfagas frías, escalonado de nubes grises. Es el otoño de Castilla, suavísimo, cercano, pugilato contenido entre el frío amenazante y el verano ardiente y rezagado. En Salamanca casi se le ve venir. (...) Aquí, los estudiantes se reúnen en la Plaza Mayor, vuelta va, vuelta viene, poseídos de una solemnidad casi litúrgica. Uno empieza a ser viejo (o a dejar de ser joven) cuando se ve desde fuera eso: el importante venir a la Universidad, la cómica urgencia que tal suceso proporciona. Los nuevos, claro, los nuevos, que ya serán viejos dentro de un mes, cuando el afán diario de la tarea les haga olvidar la pequeña vanidad de la inauguración del curso. Ahora, mientras giran en la plaza, bajo los soportales, se sienten totalmente inéditos. Es la primera vez que están instalados en la libertad.
(...)
Una tarde buscaremos en vano esas caras detrás de los cristales, inútilmente adivinar ¿te acuerdas? en un leve movimiento de labios. Comprobaremos entonces que no son los cafés los que desaparecen, ni su clientela la que cambia, o que la nietecilla -¡cómo has crecido, rapaza!- va acompañada de otras gentes, no. Comprobaremos entonces que somos nosotros, solamente nosotros, los que nos vamos".

Alonso Zamora Vicente (1-2-1916 - 14-3-2006)
Otoño en Salamanca (1952) y Los que se van (1953)
En Suplemento literario (Espasa Calpe, Madrid, 1984)