22 octubre 2006

El viaje de Arturo

Arturo Torre no ha terminado un viaje y ya ha comenzado el siguiente. No sabe qué equipaje debe preparar en esta ocasión. Todos le hablan de metas, como si supieran adónde quieren llegar. Y aunque le consta que muy pocos en realidad lo saben, se pregunta si quienes lo tienen claro saborean la felicidad cuando alcanzan sus destinos. Arturo se considera feliz y afortunado, aunque la vida también le ha golpeado con dureza en distintas ocasiones. Pero encaja bien los golpes, no para poder decir aquello de "lo que no te mata te hace más fuerte", sino porque es lo único que sabe hacer: caminar hacia adelante, sin más. Arturo tiene la sensación de que las palabras "sueño" o "aspiración" no tienen para él el mismo significado que para los demás, que tanto las utilizan. Él apenas las usa, quizá porque cree que no tienen valor, o porque tienen demasiado como para ser pronunciadas en vano. Tal vez no las dice porque sus supuestos sueños y sus supuestas aspiraciones se cumplen. Y eso, que para muchos sonaría a vida ideal, para él llega a ser agobiante. ¿Qué equipaje debe preparar ahora? Las famosas metas de las que tanto hablan los que hablan bien deben de estar en alguna parte, pero Arturo, buscador innato, no tiene ni puñetera idea de dónde pueden estar las suyas. A veces ha llegado a pensar que la verdadera meta es la muerte, o que su destino está en los brazos de alguna mujer que sigue prefiriendo el amor de otro hombre. Pero como Arturo no se estanca prefiere seguir viajando sin descubrir dónde están sus metas. Quizá porque si llega a la conclusión de que la meta es la muerte se moriría. O porque si confirma que el sentido de su vida está en el calor de una chica encantadora, terminaría junto a ella y ya no sabría adónde ir después. Hoy Arturo está de viaje, buscando algo que buscar.



Foto: Gare Saint Paul, Lyon (Francia). Mayo 2006.

18 octubre 2006

Día de lluvia

No hay nada inocente en tus pasos. Pero queda algo de inocencia en tus palabras. Dominas el camino, conduces como nadie cada situación. Sin embargo seré yo quien lleve ahora el volante de esta historia. Admite que a estas alturas has perdido casi todos los puntos. Demasiada experiencia. Primero fue el exceso de velocidad... aprendiste a ir más despacio. Las maniobras temerarias decidiste dejarlas para los circuitos cerrados y ya nunca arrancas si antes has bebido. Lo aprendiste sobre la marcha. Hoy ha vuelto la lluvia, y en mojado se te da peor. He abierto el paraguas. Has medido cada una de tus miradas. Has sabido dónde colocarte para no desaparecer de mi vista. No hay nada inocente en tus movimientos. Pero hablando te delatas. Te veo mañana... esto no se decide en una sola carrera.

17 octubre 2006

Después de mis 26

Mi amigo David es de esos tipos que en un par de minutos llenan un día entero, y que con un par de frases hacen que toda la jornada haya sido divertida. Yo tenía la intención de rayarme con un post de esos pseudofilosóficos sobre la vida y el paso del tiempo, hoy que cumplo 26 años y me apetece otorgarme (más) protagonismo. Pero he encontrado en el blog de David una frase que podría resumir en parte lo que me apetecía contar. Así que mejor la copio y la pego y me dedico a escribir poemas a los culos.

"La juventud no es más que un momento en el tiempo en el que no sabemos qué cojones estamos haciendo, pero creemos firmemente en la importancia de hacerlo" (William J. Mann)



(Si quieres más citas de este tipo cómprate un libro y desaparece de mi página).

16 octubre 2006

Mi nuevo amigo

Mi familia ha crecido. Gonzo, al que pueden ver con la boca abierta y la cara de gremlin a la izquierda de sus pantallas, es mi nuevo y peludito sobrino. Un hermoso perrito de año y medio que mi hermano Ernesto y su novia Alicia acaban de adoptar en un albergue de perros abandonados.

Lo que ocurriera antes de que lo encontraran en un concesionario de Parla no lo conoce nadie. Casi mejor. Porque la historia de Gonzo no debe de ser una historia bonita. En su año y medio de vida, este perro no ha jugado nunca. No sabe jugar. No sabe qué es correr detrás de un palo ni subirse a las rodillas. No sabe dar la pata y si intentas que te siga, en lugar de echar a correr se asusta y agacha las orejas. Unas orejas que alguien le ha cortado salvajemente, probablemente con unos alicates o algo así. Gonzo ha sufrido mucho, estoy seguro. Nunca antes ha estado en una casa: no sabe subir ni bajar escaleras y la tele le alucina, al contrario que la mayoría de los perros. Tiene miedo de los movimientos bruscos y una mirada desconfiada. Pero todo eso va a cambiar. También estoy seguro. Porque mi pequeño sobrino callejero ha empezado a recibir un montón de caricias. Y le encantan. Sobre todo debajo del hocico y debajo de las orejas... ahí cierra los ojillos. Pronto atenderá a su nombre, correteará por casa cuando lo vayan a sacar a la calle y morderá los juguetes para perros que le han comprado. Esta ratilla peluda perderá el miedo y le oiremos ladrar por primera vez. Y si hay suerte y se llevan bien, jugará con mi otro sobrino Furia, que también es más majo que las pesetas.

¡Bienvenido a la familia, Gonzo!

15 octubre 2006

La verdad está ahí detrás


Por mucho que se lo cubra, mi amiga,
y aunque me acuse de ser indiscreto
creo que merece este burdo soneto
lo que su hermoso pantalón abriga.

Quiero ser quien al caminar le siga,
para indagar y saber el secreto
de si la tierra hace un giro completo
sólo por ver lo que usted no prodiga.

No comprendo por qué lo sepulta,
obligándome a asumir con dolor
que hasta la luna tiene cara oculta.

Pero la culpa la tiene el Señor,
pues usted sabe desde que es adulta
que la belleza está en lo posterior.

02 octubre 2006

Cómo robar el escaño del presidente

Seguir estos pasos:
1. Se juntan cuatro amigos con ganas de echar una mano a la ONU.
2. Se entra en el Congreso de los Diputados (ver video).
3. Se roba la silla de Zapatero (ver video) y se le deja una nota...



El País ha confirmado que se trata de un montaje.
Bonita ficción. Más sobre los autores en Levántate ZP.