11 junio 2006

Barrilete cósmico

Me voy a dar el gustazo de animar a la selección argentina. Dentro de la cátedra titulada "Argentina, el fútbol y Quilmes: relación entre la moral de un pueblo y el éxito comercial de una cerveza desde la fe maradoniana", hoy disfrutaremos del considerado como uno de los mejores goles de la historia del fútbol. Eran los cuartos de final del Mundial del 86. El horror y la derrota en la Guerra de las Malvinas estaban aún recientes. Todo un país pendiente de su selección cuando de pronto sucede esto:



"Gracias, Dios, por Maradona". Gocen ahora de la narración del comentarista Víctor Hugo Morales. Los pelillos los pone de punta y el barrilete me lo pone cósmico:



La creatividad argentina, para mi gusto la mejor junto con la española y la brasileña, crea este anuncio de Quilmes. Debe de ser uno de los spots más baratos de la historia y quizá de los más geniales. La narración, obviamente, es la del comentarista inglés:



Quilmes, imperio cervecero del cono Sur, ya tiene su nuevo anuncio para el Mundial. No es el mejor, pero es el de este año. El comienzo no es un versículo del Génesis, es la voz de Maradona. AGUANTE ARGENTINA!!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué horror que te guste tanto el football! ¡Qué chatura! ¡Inglés, porque es de nacionalidad de allá!Pero no escribas que todos los Argentinos estamos en lo mismo, porque no es así, hay por lo meno un 25% que no le interesa el futbol, que tienen miras más elevados, u otras más útiles o provechosas que patear una pelota, algo sin sentido ninguno, además de las minas que les importa un pepino el futbol excepto que por seguir al fanatico del hombre como vos que las dejás sola todo los domingo, y son la mitad de todos

Anónimo dijo...

eso, eso, qué horror!
nico

Anónimo dijo...

No es lo que acostumbro, pero me van a permitir cierta mala educación en este escrito, por dos razones. La primera, que se me han vuelto a saltar las lágrimas con el gol de Maradona. La segunda, que estoy francamente hasta los cojones de ciertas cosas.

A mí no me apasiona el fútbol especialmente, pero tengo la suficiente sensibilidad para disfrutar de la emoción del deporte sin tener que pedir perdón a mi propia inteligencia. El deporte, amigos míos, tiene la misma falta de sentido que pueda tener la política, el arte, o la propia vida. Y como no tiene sentido ni es importante resulta maravilloso entregarse a él, algo que comprenden perfectamente millones de personas, que al parecer, carecen de miras elevadas. La vida, esa cosa extraña en la que estamos inmersos, nos hace tener que sufrir enfermedades, padecer incomprensiones, pagar hipotecas, recibir multas de tráfico, soportar amores no correspondidos, profesores ineptos, transeúntes maleducados, maridos tragasables o hijos neonazis.

Si el fútbol, como cualquier otro espectáculo, nos ofrece de vez en cuando momentos de satisfacción o de alegría, casi siempre compartida, bendito sea el fútbol. Por lo tanto, amigos, ni horror, ni chatura, ni pollas rebozadas en aceite virgen.

El gol de Maradona es patrimonio de la humanidad, como lo son las Meninas, la música de Mozart y las cataratas del Iguazú. Sí, señores, no se me escandalicen, no es políticamente correcto, pero es verdad. Y el que lo niegue no sólo es un ignorante, sino además un snob, una víctima de la impostura intelectual.

Ayer vibré con el tenis de Rafa Nadal, me entregué con sencillez a disfrutar del partido, y fui recompensado con tres horas llenas de vida y de auténtica emoción. Con el mundial haré lo mismo, sabiendo perfectamente que no tiene ninguna importancia. Y al mismo tiempo, que las cosas menos importantes a veces son las más necesarias.

Al que no le guste el deporte, que no lo vea. Pero que no nos jodan a los demás con que somos imbéciles por verlo. ¿Que habrá fanáticos imbéciles? Por supuesto. ¿Que no se habla más que del Mundial? Es posible. Pero ni todo el campo es orégano, ni todos los calvos llevan gafas. Si somos liberales y progres, seámoslo lo suficiente para dejar disfrutar a la gente con lo que le dé la gana.

Por mi parte, se me seguirán saltando las lágrimas con el gol de Maradona y con el comentario del maravilloso Víctor Hugo Morales. Si ustedes quieren amargarse, rabinum meu importac. (En latín vulgar, me importa un rábano fresco).


Nacho

P.D. Dicho esto, añadiré que tampoco me tomo completamente en serio todo lo que acabo de afirmar, pero ya es hora de crear polémicas en el blog de Alfonso, a ver si lo lee alguien...jeje

Anónimo dijo...

joe... nacho, quien diría que no te lo tomas en serio. Casi me llamas kaleborroka. Ya sé que el fútbol es arte y todo eso... pero es una pesadez. y ya.
nico

Anónimo dijo...

joer, ya has encntrado lo q tienes q mostrar en este blog para q te comente la gente, futbol. el maldito futbol q a todos enloquece.

estas n espanhia?

lelille

Anónimo dijo...

jajaja, todo lo anterior no iba por ti, nico, sino por el colega del primer comentario, que me pareció un poco feo y maleducado.

De todas maneras, era en plan divertido, hombre. Es que me toca las narices el topicazo de meterse con el fútbol, que parece que la gente cuando sale por la noche va con el quijote bajo el brazo.

Hala, majos, besos y no enfadarse nadie, que todos tenemos nalgas bajo la espalda, y eso sí que no nos los quita nadie.

Nacho

Anónimo dijo...

y quién es el primero que escribe, por cierto?
nico
clítoris

Anónimo dijo...

tiki tiki... qué? hacéis el amor con balones de fútbol? jajajajaja... oyeses, hoy coméis chochis, no? qué hacéis antes? dicen que dan ratas en la albufera...
nico