05 junio 2006

Hôtel fantôme


Esta es mi residencia. Interior remodelado, habitaciones espaciosas, instalaciones bien conservadas. Ahora mismo acoge una exposición de instrumentos musicales. Dentro de unos días, volverá a acoger algún encuentro de la comunidad científica o cultural francesa. Un "hôtel de luxe" según los taxistas, en el corazón de Lyón, en medio del casco histórico protegido por la Unesco... Todo esto está muy bien y dentro no falta de nada, salvo, inexplicablemente, una conexión a Internet o un punto de acceso wi-fi. Pero por fuera parece que el edificio advirtiera de algo al extranjero. Te aseguro que el Cercle Villemanzy tiene algo muy extraño.

No voy a hablar de fantasmas porque aún no he visto ninguno. Pero no soy el único que piensa que en esta residencia hay -repito- "algo" extraño. Los alemanes lo llaman "mystisch". El antiguo convento de la orden de las "colinettes" fue fundado en 1665 sobre esta colina de la Croix Rousse. Ciento veinticuatro años de historias de monjas hasta que la Revolución Francesa transforma el antiguo convento en un cuartel. Convertido en hospital militar durante la Segunda Guerra Mundial, el Villemanzy siguió curando heridos hasta los años setenta, cuando cerró sus puertas. Después, dieciocho años de silencio.

A finales de los ochenta el ayuntamiento de Lyón decide rehabilitar el edificio y destinar las instalaciones al alojamiento de investigadores extranjeros. Resucitan así tres siglos de sangre y conspiraciones. De política y oración en la orden religiosa fundada por el Marqués de Coligny; de ambición y conquista bajo una nueva bandera que decapitaba el pasado con el filo de la guillotina; de los gritos de dolor de los mutilados por las bombas en un Lyón que no se rendía. Este edificio ha registrado demasiados sonidos. Hoy, no se ve a nadie por los pasillos. Está lleno de huéspedes, pero nadie hace vida en las salas comunes. Un bar vacío. Una mesa de billar solitaria. Una sala de lectura fantasmal. No sé de qué se trata, pero todos estamos de acuerdo: es un sitio raro. Tengo compañeros que llevan mucho tiempo alojándose aquí. No cuentan mucho, pero se lo quiero sacar todo. Hasta ahora sólo me han dado una pista: la habitación 27.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bravisimo esooooooooooooooo!!!
la habitación 27 huele a muerte, lo sabes... abrela!
mañana q haces? cenamos? ya estás allí? vives en Cuenca?
he hecho unos garbanzos con arroz muy ricos, creo.
nico

Anónimo dijo...

que heavy todo alfonso, bueno, y el intríngulis que le metes tú. Pero qué auténtico vivir allí.

Cuándo vuelves para acá? Cuándo regresas para allá? Quiero verte ya!

beso

Anónimo dijo...

Se me olvidaba. Me estás sorprendiendo gratamente con tus fotos! La del interior es buenísima :)