02 junio 2006

Siempre nos quedará Lyón

Pues ya lo ves, que estaba yo silbando la marsellesa y me dije "vamos a dar una vuelta", y a lo tonto a lo tonto que me planté en la Torrifel. Son cosas que pasan. Ante el más que sospechoso aspecto de este monumento lionés (que no, joder, que no es París), pregunté lo mismo que estás pensando: ¿a qué cojones viene copiar la Torrifel? Y me contaron la fascinante historia de esta obra.

Lo que ves en la imagen es una de las actuales maravillas del mundo, una combinación perfecta de ingeniería, originalidad, arte y modernidad. Y lo otro, lo de la derecha, se parece un huevo a la Torrifel. Según me ha contado Frank, alemán, Gustave Eiffel levantó esta torre como boceto del que sería el definitivo y mundialmente famoso emblema de París. Es decir, que la "Tour Metallique" de Lyon es la madre biológica y biomecánica de la "Tour Eiffel", lo cual llena de orgullo a los lioneses. Y digo 'orgullo' por no decir 'rabia'.

¿Pensabas acaso que Ricky Martin era el único capaz de copiar sus propios éxitos con el mismo éxito? Pues tal vez lo sea, porque esta obra NO es de Eiffel. El alemán mintió. El esperpento metálico que corona la colina de la Fourviére es una parida del laicismo francés de finales del S.XIX. Y paso a relatar: la susodicha colina, centro histórico de Lyon, es visible desde toda la ciudad y está presidida por una imponente basílica. Algún ilustrado tardío dijo "me hincha los cojones que lo más llamativo de la ciudad sea un edificio religioso", y ordenó a un tal Mr. Gay (que sí) que hiciera algo ahí. El tal Gay, inspirándose en lo que debía de ser la moda de la época, levantó la construcción y alguna que otra sospecha. La impopular Tour Metallique fue inaugurada en la exposición universal de 1894 en Lyón, justo el día en el que varios franceses y algunos extranjeros asistentes pensaron para sí: "creo que ya he vivido esto..."

Hoy, la pobrecita torre se ve tanto o más que la basílica, pero es absolutamente ignorada en la página oficial de la ciudad de Lyón. Sirve de antena de televisión y, como he podido comprobar, está cerrada al público: el letrero que hay a la entrada ("peligro de muerte") se parece poco al de "Adultos: 9 euros. Niños: 5 euros" de la Torre Eiffel. Aunque algo sí tienen en común: para huir de ese oxidado lugar tuve que bajar tantos escalones como en la de París.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Muerte a la Torre Eiffel falsa!! ¡Falsísima! Aunque la primera historia, la que dice que era un "boceto" de la auténtica me ha sonado a una rivalidad propia de Springfield y Shelbyville... En fin, Miguel, que Dios te guarde. Sigue regalándonos historias de éstas. Y presenta en tu blog YA a una de tus compañeras de redacción.

Anónimo dijo...

y tb a algún compañero, de esos pintillas que me gustan a mí, jeje.
Qué bonita la panorámica de la bajada. cuando vuelves?

Anónimo dijo...

...me gusta eiffel...aunque sea pqueña...más intima, ¿no?.espero estes disfrutando alf, por madrid nos asustamos con el cambio climatico y con los perros que aún lamen las aceras...un beso #jaime#