El 29 de julio del año 2007, la alineación entre la Luna y una de mis pupilas permitió presenciar un eclipse parcial a las 22:47 horas (20:47 GMT). Durante unos segundos, el juego de órbitas y la inclinación del eje de rotación de la Tierra propiciaron la observación de una extensión superficial equivalente a la de un hemisferio del satélite, oculto parcialmente por una antena parabólica y una cornisa del barrio de Tetuán. Un acontecimiento que sólo se pudo observar desde las coordenadas concretas de latitud y longitud que atraviesan mi terraza, y que no fue seguido por nadie. Habría invitado a los astrónomos de todo el mundo, pero me temo que, como sucede siempre, ya tendrían compañía.
29 julio 2007
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4 comentarios:
Las cosas más interesantes simpre le ocurren a las personas más inteligentes. La única premisa no es tener ojos (al contrario de lo que la mayor parte del mundo piensa), sino simplemente darse cuenta de lo que uno está mirando.
uy, que no he firmado...
tx
hala, ya está. He creado mi blog en páginas de comentarios...
Amo las parabolicas, traen felicidad a nuestras vidas, y ademas estas escenas tan bonitas...
La foto te ha quedado de puta madre...
Esto es lo mejor que he leído en un blog en mi vida (si quitamos el cuaderdo de Pepe Blanco)
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