Es calma, es miedo, es placentero pero también amargo. No sé exactamente qué es, pero me gusta, y por eso vengo a verte. Si me haces preguntas tal vez indague en la respuesta, así que mejor si no sacamos el tema. Sólo siéntelo y déjame seguir respirando tu perfume. Me atrae tanto. De forma infantil y casi inconsciente acudo a tu olor simplemente para estar. Lo creas o no, esto es lo que quiero. Porque cualquier otra cosa te haría daño. No saquemos el tema y déjame saborear tu compañía. Me ayuda a olvidar lo de siempre, mi viejo laberinto sin salida en el que ya empiezo a marearme. Préstame tu presencia, dulce deleite con un leve toque amargo que aún puedo soportar.
29 abril 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Creo que cuando uno no quiere sacar el tema, es porque el otro quiere sacarlo a toda costa... tal vez no en el momento, sino esperando la ocasion del reproche...
De todo laberinto se acaba saliendo -solo-... salvo si constantemente quieres volver al punto de inicio, porque resulta ser placentero y amargo
Espero equivocarme, pero lo que escribes es una verdad aplastante que se sufre constantemente... cojonudo, si señor
Publicar un comentario