Arturo Torre no ha terminado un viaje y ya ha comenzado el siguiente. No sabe qué equipaje debe preparar en esta ocasión. Todos le hablan de metas, como si supieran adónde quieren llegar. Y aunque le consta que muy pocos en realidad lo saben, se pregunta si quienes lo tienen claro saborean la felicidad cuando alcanzan sus destinos. Arturo se considera feliz y afortunado, aunque la vida también le ha golpeado con dureza en distintas ocasiones. Pero encaja bien los golpes, no para poder decir aquello de "lo que no te mata te hace más fuerte", sino porque es lo único que sabe hacer: caminar hacia adelante, sin más. Arturo tiene la sensación de que las palabras "sueño" o "aspiración" no tienen para él el mismo significado que para los demás, que tanto las utilizan. Él apenas las usa, quizá porque cree que no tienen valor, o porque tienen demasiado como para ser pronunciadas en vano. Tal vez no las dice porque sus supuestos sueños y sus supuestas aspiraciones se cumplen. Y eso, que para muchos sonaría a vida ideal, para él llega a ser agobiante. ¿Qué equipaje debe preparar ahora? Las famosas metas de las que tanto hablan los que hablan bien deben de estar en alguna parte, pero Arturo, buscador innato, no tiene ni puñetera idea de dónde pueden estar las suyas. A veces ha llegado a pensar que la verdadera meta es la muerte, o que su destino está en los brazos de alguna mujer que sigue prefiriendo el amor de otro hombre. Pero como Arturo no se estanca prefiere seguir viajando sin descubrir dónde están sus metas. Quizá porque si llega a la conclusión de que la meta es la muerte se moriría. O porque si confirma que el sentido de su vida está en el calor de una chica encantadora, terminaría junto a ella y ya no sabría adónde ir después. Hoy Arturo está de viaje, buscando algo que buscar.
22 octubre 2006
El viaje de Arturo
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1 comentario:
kizá la meta de arturo sea el camino, o kizá debería borrar la palabra meta de su vocabulario, como hizo con sueño y aspiración.
no sé, tampoco me hagas mucho caso ...
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