19 octubre 2008

Starbucks sex

Acababa de licenciarme en Economía con unas notas cojonudas y una conocida multinacional me había contratado para llevar sus cuentas, así que cualquiera podría pensar que todo me iba envidiablemente bien. Pero la realidad era que mi obsesión por las mujeres se había convertido en una patología tan crónica que mi aterciopelado camino hacia la felicidad comenzaba a peligrar, sobre todo a raíz de los planes de boda con mi novia.
Pero soy economista, y no podía evitar pensar el mal negocio en el que me estaba metiendo. En el momento en que diera el “sí quiero” mi cabeza sólo pensaría en los tres mil millones de “no quiero” que expresaría de manera implícita. Un balance de cuentas nefasto. “¿Aceptas a Julia Martínez como tu legítima esposa para amarla y respetarla en lo próspero y en lo adverso, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de tu vida?” Pues sí, creo. “¿Renuncias por tanto a todas las demás tías del mundo, blancas y negras, rubias y morenas, listas y tontas, hasta que la muerte te separe de esta pobrecilla con la que te quedas?” Pues no, no me jodas.
Era evidente que se trataba de unas de las peores inversiones posibles, que además no sabría explicar a mis nuevos jefes. No quería ser el peor economista del mundo, el que retuvo un dólar y perdió tres mil millones, que encima en americano suena peor: tres billones de tías, con “b” de gilipollas.
Así que me fijé en los valores que han convertido a mi empresa en un referente mundial y decidí aplicarlos a todas las facetas de mi vida. Los criterios que promueven la excelencia en cada paso del proceso de producción, desde el cultivo del grano hasta la textura de la espuma. Así quise ser, y en eso me convertí: en una franquicia globalizada de sexo variado, desde el más dulce hasta el más amargo, con canela, chocolate o hielo picado. Sirope, galletas o desnatado. De todos los tipos, por todos lados. “The stuff you’re about to enjoy is extremely hot”, para que no digas que no te he avisado.

7 comentarios:

ScullyMD dijo...

Mmmm... starbucks... una de las cosas que hecho de menos de Madrid... eso, y la FNAC de Callao!

Anónimo dijo...

grande maximus, grande

AccentLess dijo...

Anda... que si pensaramos con la cabeza en lugar de con el corazon (cuando digo corazon es la forma bonita de poner "pelotas")... la de cosas que serian diferentes...

Belén dijo...

Dios, es una forma de verlo muy buena, si muchos se pusieran a hacer cuentas...

Pero claro, suena frío, pero la crisis está en todos los lados :)

Besicos

Ariadna dijo...

Esta historia es muy graande. Me encanta. Hace poco llegue a la conciencia de que elegir es renunciar...y a veces no veas si cuesta...

Mientras lo asumo pídeme un chai tea latte con leche de soja

Besos

La oveja magenta dijo...

Con poesía final de corrido y todo. Ovación y beso.

Anónimo dijo...

Fantásticas ilustraciones, enhorabuena me gusto mucho su blog muy buen gusto.
Fantásticos textos enganchan,disfrute mucho con su blog saludos.