Si digo lo que pienso tal vez me arrepienta, pero aún no me he arrepentido de pensar tanto lo que acabo diciendo. Por eso hoy no voy a verter aquí mi basura. He aprendido a reciclar mis sentimientos en contenedores de colores. Los separo ingenuamente, aunque todos terminen en la misma incineradora de la memoria. Algunos recuerdos ya huelen. Tú, demasiado bien. Pero ahora llevo mascarilla cuando hurgo entre mis propios desperdicios. Con todo cariño, me largo de este vertedero.
26 octubre 2008
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5 comentarios:
Para mi en lugar de vertederos son como cementerios... pero... como creo en la posible resurrección de los "hechos" y en la vida de su mundo futuro... prefiero de vez en cuando hasta llevarles flores, por si algún día me sorprenden, y mientras, continuar consumiendo vida en lugar de dejarla a ella que me consuma a mi, soy tan ecológica que no me da por general basura, aunque tristemente esto sea sólo en sentido figurado, en realidad generamos ya DEMASIADA!
...probablemente también me arrepienta de tremenda perogrullada pero no termino de hacerme al cambio de hora y a librar en lunes y esta mañana ya se me está haciendo muy larga y no acaba de empezar.
Besos ;)
Y si te digo que a veces la basura hay que esparcerla para que no huela tanto?
A mi me funciona, la verdad...
MIl besos
Espero que se trate de algo pasajero y seguir leyendo post nuevos de vez en cuando ....
Se vierte lo que rebosa, llenémonos de amor y cosas bonitas para reciclar los lindos vertidos y que no se pierdan jamás. Pasticularmente sólo me llenan las cosas que merecen la pena, y tu "basura" es una de ellas, sigue alimentando mi síndrome de Diógenes y espero rebosar para transmitirlo a diestro y siniestro.
Me enorgullece dejar el rastro de las cosas que llenan mi vida, se perciben desde fuera, será por el olor maravilloso que dejan?, por la felicidad que imprimen?
Gracias a los que llenais mi vida, haceis un mundo mejor y me siento bien por poder transmitir vuestra genialidad, mi corazón tiene dos ventrículos, rebosantes de amor.
Te quiero brother.
Genial post... niño... nunca la basura olió tan maravillosamente bien...
más besos nazaríes
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