"Las turbinas del Europa se detuvieron con un sonido ronco. Sus 1.100 camarotes de lujo se escoraron levemente hacia estribor, donde se acumulaba el pasaje, movido por la curiosidad. Abajo, el oleaje amenazaba con hundir los restos de una embarcación harapienta, con 30 africanos a bordo. Alcanzaron la cubierta Windsor del crucero en buen estado físico, entre los aplausos y la emoción lógica de los pasajeros. El capitán les dio formalmente la bienvenida al Europa antes de hacer que se retiraran a descansar. "La ley del mar", pensó para sus adentros, "se escribe hoy con la caligrafía limpia de la solidaridad". Pero pronto comenzaron los problemas. Un delegado de la compañía trasladó su preocupación al capitán de la nave. Sólo quedan libres cabinas de primera clase y cinco suites en la cubierta Neptuno (...)"
Sigue en El País.Visto en Senza fine.
4 comentarios:
Hola!
Qué curioso! Había preparado y de hecho ya la tenía metida en el sobre y lista para enviar, una obrita 'artística' de estas pequeñas pero numerosas para una revista objeto LALATA y trataba justamente sobre este tema. Un barquito la mitad dorado y la mitad de papel de periódico 'placer vs necesidad'He añadido el artículo a la carta que he enviado porque lo mío no es escribir y no habría podido expresarlo mejor.
Muchas gracias por la coincidencia.
Muchos besos
Leire
Curiosa la última frase...
paradojico... y excelentemente escogido
You are my master. My commander. You and McClane. Love.
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