Pertenezco a una generación vacía. Y perdónenme todos los que se acercan a esta página orgullosos de haber crecido en los ochenta. Somos la generación del Un, dos, tres, la que pasó horas matando marcianitos y todo lo que nos quieran recordar, pero dudo de que seamos recordados por dejar nuestra impronta en la historia. Mi sabio amigo Jotono lo resumía anoche con poética claridad mientras observábamos a un notas meando al lado de su casa: no somos hijos del Parnaso en la Plaza de Santa Ana, no somos los héroes de Mayo del 68… nosotros somos de Malasaña. Eso significa: en una mano un mini y en la otra la churra meando en un portal.
Madrid es una ciudad sucia. Ya lo digo yo por Sánchez Dragó, que no cobro de Telemadrid. Es asquerosamente guarra. Y somos nosotros los que la hacemos así. Quien no haya ensuciado nunca el centro de Madrid que tire la primera piedra o eche la última pota. Nuestro himno son los gritos que atormentan a los vecinos. Nuestra bandera, la firma en la pared de un niñato con un rotulador negro de punta gorda. Bueno, ya seguiré con esto... Ahora salgo pitando a Tribunal, para diluirme entre mi generación...
3 comentarios:
Gracias mil. De verdad, gracias por decir lo que yo, sospechosamente en los últimos tiempos de fachismo añejo, no puedo decir muy alto por no alimentar más el mito. Y eso que soy libertaria de izquierdas... ñeje ñeje.
Pero eso lo dice un test de mierda cuya credibilidad es tanta como la de De Juana frente a un bocata de mortadela. Para los demás, cuando me cago en todo al ver la mierda que queda desperdigada en la Plaza Mayor tras un concierto, cuando renuncio a todo diálogo con terroristas (dialogue quien dialogue, qu igual me da un Aznar que un ZP), cuando protesto porque en las cárceles se respeta el Ramadán pero no la Cuaresma, cuando digo que es muy jodido ser israelita en Israel o cuando se me cae la lagrimilla si en el podio del Tour de Francia suena el "iletrado" himno español, soy una facha redomada con piel de Mariliendres.
Que me he desviado del tema, ¿no? No tanto, al fin y al cabo, jalear al que mea en una esquina o al que vocea "heroicamente" a un policía por no dejarle vocear a su vez a los vecinos del centro, es cómplice de esta espiral del silencio que acalla a los que siempre fuimos coherentes con nuestra ideología y quisimos empatía e igualdad más allá de las perversas modas de la ideología confusa de la generación basura que alimentamos a diario.
Soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen, por este día...
tx
Pues si... basicamente creo que no hemos aportado nada, ahora bien... entre aportar nada, y lo que nos viene apretando por detras... no se yo que decirte. Vale que el mini (cachi) en una mano, y la polla en la otra apuntando a un portal, no es muy bonito, pero al menos evitabamos las peleas, y sobre todo grabarlas con el movil...
Ojala nosotros nunca tengamos que escribir la historia, porque los que lo hacen son las peores victimas.
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