15 enero 2007

Hoy he vuelto a rezar

Cuando se acerca el final rebrota la fe. La divinidad y la ceremonia surgen con la primera visión de la nada. Hoy he vuelto a rezar. Por aquellos recuerdos que sé que morirán pronto. Por nuestra historia que, si comenzó, me pilló ausente y apestado de excusas. Una oración por el eterno descanso de todas esas tardes que no pasamos juntos en el salón, escuchando un disco, acariciando tus manos sobre el piano. Plegarias infinitas por el sol que habría entrado por el ventanal mientras hacíamos el amor sobre las teclas negras y blancas, componiendo la sinfonía de lo que pudo ser y, si fue, me pilló ausente y apestado de excusas. Un salmo de cuerda percutida entonado por tu voz divina y ceremoniosa. Divinidad y ceremonia ante la nada que se avecina. Porque todos esos recuerdos, mi dulce amor, van a morir muy pronto. Estuve ausente, apestado de excusas. Pero te libré del mal. Amén.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Epa! que bueno, tío, buenísimo... Un abrazo ya cercano cercano. Nacho

Jero Moreno dijo...

Reza, reza... que algo queda... aunque parezca lo contrario...