28 junio 2008

Podemos (I)

Se le presentaba un cumpleaños extraño. Por un lado sobrado de emoción, con la selección española jugando la final de la Eurocopa. Por otro lado aburridísimo, con su novia en Galicia, en uno de esos congresos de la empresa. Rubén se había quedado solo en casa el día en que cumplía 30, sin nada más que hacer que esperar en calzoncillos la hora del partido. Sin ganas de salir y menos aún de cocinar, puso la tele para ir haciendo tiempo y pidió una pizza.

- “Fast Pizza, le atiende Olga, ¿qué desea?”

Rubén, despeinado desde primera hora de la mañana y sin afeitar, se sintió por un momento avergonzado de su aspecto. La culpa la tenía la voz que lo atendió al otro lado del teléfono. A escasos doscientos metros de su casa, una chica tomaba los pedidos de las pizzas con una voz tan de color azul turquesa que Rubén estuvo a punto de disculparse, colgar y volver a llamar con los pantalones puestos. La tal Olga, que a buen seguro cobraba una miseria, tenía la mejor voz que Rubén había escuchado en cualquier emisora de radio, película doblada o línea erótica, y conocía unas cuantas voces de los tres gremios. Voces asalariadas por las que cobran sus propietarias, pero que no se podían comparar en suavidad, sofisticación y carácter a la de la chica que estaba a punto de anotar "pizza mediana de jamón y pepperoni" junto a la dirección de Rubén. Su curiosidad fue tan grande que, abandonado por su chica el día de su cumpleaños, decidió entregarse por una noche al timbre de una voz femenina.


(continuará...)

4 comentarios:

Belén dijo...

Se masca la tragedia... ;)

Besicos

Anónimo dijo...

Lo bueno de irme de vacaciones, aparte de eso mismo, es que a mi vuelta supongo que tendré el relato completo, así que me quedo ahí y luego lo leo todo seguido. Volveré. Besos.

Serendipya dijo...

Vaya... Me resulta tan familiar la situación... :) sóloq eu yo no estaba en ropa interior y estaba acompañada por amigas... :P

A veces las voces hacen que me enamore de alguien.. auqneu sea un momento...

dintel dijo...

De aquí viene la Olga... ya veo, ya...