14 mayo 2008

Revisión gratuita (II)


(continuación de Revisión gratuita I)


- “Poca gente sabe acerca de optografías

La alemana loca seguía tocando el cacharro que me había puesto en los ojos. No dejaba de hablar de la chorrada esa de los ojos de los muertos.

- “En siglo diecinueve, doctor Wilhelm Kühne vio últimas imágenes en ojos de rana muerta”
- “Ahá. ¿Y qué vio?”
- “Vio fuego. La habían quemado”
- “Madre mía”
- “¿Le da pena?”
- “Hombre… pobre rana”
- “La quemó él. Era rana de laborratorio
- “Ahá… claro”

Estuve tentado de preguntarle si yo también era un cliente de laboratorio. Del laboratorio particular de la doctora Krampf-Dickson, esa mezcla entre ama dominante y catedrática de ciencias que me hablaba a quince centímetros, con un aparato óptico separando nuestras miradas.

- “¿Qué ve ahorra?”
- “Los dibujos en blanco y negro”
- “Pero cuál”
- “Pues… es como un gato durmiendo o algo así. Está desenfocado. Creía que usted también lo veía”
- “No, yo veo sus ojos”

Si estuviéramos en los años treinta y la óptica fuera el castillo de Nuremberg, estoy seguro de que la doctora sería una de esas científicas mezquinas al servicio del Tercer Reich en busca de la raza perfecta, del soldado-zombi invencible o del cliente idóneo con el que fabricar gamuzas limpiagafas.

- “¿Quierre saber qué veo?”
- “Ehm… bueno, algo de astigmatismo, supongo”
- “Veo fuego”

Vaya mierda. Ahí sí que me acojoné de verdad. Me estaba viendo igual que la pobre rana del siglo diecinueve. Aquel batracio y yo nunca sospechamos que acabaríamos nuestros días al servicio de la ciencia. Ella, sacrificada por el futuro de la criminología. Yo, subyugado por el imperio de las gafas.

- “Veo el fuego apagándose en un hombre que ha olvidado la pasión”
- “¿Perdón?”
- “Lo veo en sus ojos, señor Martínez. Está grabado en su retina. Las mujerres le han hecho sufrir”
- “Ehm… sí, bueno. Verá, yo venía por lo de la revisión…”

Los nervios iniciales que se convirtieron en miedo dieron paso a una inesperada sensación de alivio. Que rápidamente se transformó en curiosidad por saber qué habría debajo de esa bata. La doctora Krampf-Dickson seguía hablándome a un palmo de distancia, con sus labios rojos apuntándome y sus medias rozando el exterior de mis rodillas. Soy miope, pero de cerca veo perfectamente.

- “Todo está en sus ojos, señor Martínez. Como cámara de televisión”


(continuará...)


10 comentarios:

Belén dijo...

Por dios, vaya manera de ligar mas extraña... yo es que soy mas clásica, tipo que ojos mas bonitos tienes... y tomamos un café... que sosa no? jajajajaj

Besazos

AccentLess dijo...

Si!!, SI!!!, el rollo dominatrix me parece a mi que se va a tornar en rollo dominada!!!

-Has sufrido tanto, que ahora te toca hacer sufrir a ti... azotame, y llamame perra.

grffsss

Anónimo dijo...

Si es que Martinez ya la veía en plan sadomaso... a ver si ahora va a llevar los cueros bajo la bata...

Serendipya dijo...

Vaya giro... :)

Me gusta :) espero ansiosa el capítulo 3...

Besos Maximus

Juanjo Montoliu dijo...

Creo que mi vista no está tan mal, al fin y al cabo. Dejaré la revisión hasta que tropiece otra vez con la puerta.

No sé que va a ser peor, el crimen perfecto con dibujo en blanco y negro en la retina, o una sesión de consolación gratuita.

Anónimo dijo...

Hola Gr. me gusta la nueva movida de tu blog, pero posta que me quema un poco la cabeza qeu sea todo tan negro. Todavia sigo esperando que me contestes el mail. =(
Igual te mando besos.

Angie.

Alma dijo...

Mi tenerr que hacerr optografía tambien, ojos rayados en blanco y negro, todo grabado en retina,jur

Besosos salados viajeros.

M. dijo...

impresionante lo que se puede ver a traves de la mirada.
gracias por la visita y el comentario.
besos.

Luna Carmesi dijo...

Entre las optografias y la doctorcita...

Me estoy poniendo nerviosa!!!
:-P

ScullyMD dijo...

Mmm... qué historia tan sugerente máximus... nos tienes en ascuas!!!! (como a la pobre ranita)
Queremos lujuria y desenfreno!!!!!!!!