07 mayo 2008

Al altar

Era una de esas tías que me veían como el marido perfecto. Y nada más. Para mí, la perfecta era ella: sonrisa de anuncio de clínica dental, centro de gravedad imprescindible en las fiestas y tanga al descubierto cuando conducía su moto. Pero Sofía me resultaba inaccesible aunque me dejara todas sus puertas abiertas. Todas, menos una. Cada vez que le insinuaba algo me salía con lo mismo: “tú y yo iremos juntos al altar”. Cosas de ese estilo que, lejos de hacerme feliz, me hundían cada vez más en el charco de la impotencia.

- “¿Y quién cojones te ha dicho a ti que lo que quiero es casarme contigo?”

Obviamente, nunca se lo dije. La única frase con la que logré desestabilizarla se la solté en una terraza de Madrid una noche de verano: “si no te conociera de antes hoy me habría enamorado de ti, pero te conozco y sé que llevo enamorado mucho tiempo”. Esa noche lo mandó todo al carajo, novio incluido, y acabamos en su cuarto. Después de aquello nada volvió a ser igual.

Han pasado seis años en los que poco a poco dejamos de hablarnos. Pero el otro día recibí una llamada de Sofía (¿quizá porque ella recibió la de la maternidad?). “¡Cuánto tiempo! ¿Cómo va todo? Sí. No. Claro. Muy bien”. Quedamos en otra terraza. Ella fue en taxi, había vendido la moto. Sus dientes estaban amarillos por el tabaco y había perdido esa gracia que la hacía tan especial. Su sonrisa no era la misma.

- “Así que tienes novia… ¿Y pensáis casaros?”
- “Quién sabe, Sofi. A lo mejor algún día”
- “¿Y ella qué dice?”
- “Que nunca se casará conmigo”

Hoy le he contado a mi chica cómo me gustaba Sofía. No se ha puesto celosa. Después le he pedido que se case conmigo. Ha dicho sí. Se lo he contado a Sofía con un mensaje y me ha contestado pidiéndome un favor: quiere ser mi madrina para acompañarme al altar.


12 comentarios:

Belén dijo...

Nuevo look amigo! me gusta...

Y si, hay relaciones de amores que sabemos que no pudo ser... y mas que doler, gusta recordar verdad?

Me has recordado a una...

Besicos

Anónimo dijo...

Cambio de look, no está mal. ¿Por qué los humanos somos tan complicados? Luego hacemos lo que nunca pensamos que íbamos a hacer. Quizá porque no era la persona adecuada, o el momento adecuado. Besos.

Anónimo dijo...

Amigouuu!!!! por fin el diseno de tu blog es coherente con tu personalidad real,jajaja.
Te mando un abrazo desde un soleado Londres en el que me lo he pasado muy muy bien.
Saludos del almirante nelson.
Nacho

Alma dijo...

Buen cambio de look. Buen recuerdo y lo mejor, que queda cariño en él, será la madrina??

Besos salados

ScullyMD dijo...

Todos igual con el cambio de look... o soy yo que lo veo todo negro????

Great story!!!

Serendipya dijo...

Me gusta el nuevo envoltorio... El caramelo sigue siendo igual de delicioso :)

Me has recordado algo... quizá tambien has leido una parte de mi futuro...

Besos¡¡

Anónimo dijo...

Que horror amigo de look!!! Parece que es del Grand thef auto (GTA)

Te prefiero blanquito que el mundo ya está demasiado negro... como mi futuro: Que estoy a punto de firmar la hipoteca : )

Zarigüeya

Luna Carmesi dijo...

Me has recordado decisiones...
Decisiones que marcan vidas. Las mias y las de gente muy proxima.

Saludos!

Anónimo dijo...

hipotecass jajajaja
qué arte!
bien por el negro, el negro es la esperanza, comeme el coco negro... el negro es lo que no, porque no... la ausencia de color porque no cabe más color y dolor de pipirrana. me has entendido?
en cuanto al relato... no te cases jamás! más que nada xq la gente le gusta mucho el tema de las arras en los dedos... cómo te quedas?
besos
nico

AccentLess dijo...

Jo tio... que historia mas guapa... siempre me han gustado mucho las historias en las que pasa el tiempo y todo acaba en torno al hecho sobre el que ha empezado... conectan todo y le dan sentido... no se... me suelen emocionar bastante.

Hoy mi novia me ha dicho "Me encantaria que el dinero de tu cumpleaños te lo gastaras en algo para ti, en algun capricho"... para cuando la recopilacion en papel, ilustrada por ti mismo?

Serendipya dijo...

Me apunto a esa recopilación...

Juanjo Montoliu dijo...

Parece que las únicas mujeres que merece la pena llevar al altar son las que juran y juran que no las llevan ahí ni muertas.

Saludos.