18 febrero 2007

Génesis

Al principio creó Dios los cielos y la tierra. Todo era soledad y caos y las tinieblas cubrían la faz del abismo. Dijo Dios: "hágase la luz", y creó tus ojos. Los puso Dios en la bóveda del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno, los llamó estrellas, y pasó una tarde y pasó una mañana: el día primero.
El segundo día separó Dios la tierra de las aguas, moldeó las montañas y dibujó el contorno de tu piel. Dijo Dios: "hagamos la belleza", y del barro húmedo te creó perfecta. Y vio Dios que eras hermosa, te llamó Ángeles y pasó una tarde y pasó una mañana contemplándote: el día segundo.
Amaneció Dios algo triste el día tercero. Sembró la tierra de plantas y árboles, y te entregó sus semillas. Te regaló sus frutos para que te alimentaras de ellos y no te prohibió ninguno. "Con un fruto prohibido es suficiente", dijo Dios mirándote fijamente. Y no le entendiste... y pasó el día entero.
Y vio Dios que las bestias que poblaban la tierra, las aves que surcaban el cielo y los peces que se deslizaban en el mar no tenían nombre. Y creó Dios tus labios para que eligieras una palabra para cada uno. Sólo te prohibió una: "eternidad". Y pasaste el cuarto día jugando a nombrar las especies.
Vio que todas las palabras que habían salido de tus labios eran hermosas. Creó tu nariz para que respiraras el aire, tus manos para que tocaras el paraíso y tus pies para que lo atravesaras. Vio Dios que todo lo que había creado era bueno. Pero entre toda su obra sólo te premió a ti con la libertad.
El sexto día Dios te insufló su aliento. Su soplo de vida tocó tus labios y una lágrima brotó de los ojos de Dios. Comenzaste a existir, a su imagen y semejanza. Y pasó una tarde y pasó una mañana.
Amaneció el séptimo día y no encontraste a Dios. En medio de la creación, estabas sola en el mundo, buscando un sentido a aquel Edén. Dios desapareció, herido por el tacto de tus labios. Abandonó el universo y no lo gobernó más. Pasó los años recordando, soñando con el día en que el leve roce de tu boca no le provocase el mismo intenso dolor. Dispuesto a esperar toda la eternidad.

5 comentarios:

Jero Moreno dijo...

...¿realmente conocemos el significado de la palabra "eternidad"?...

PD. Te ví el otro día en una conexión con mi tierra, en la cumbre de la OTAN... Espero que te lo pasaras bien por allí.

Anónimo dijo...

Pase lo que pase siempre conseguis emocionarme. Ya lo lei 5 veces.
Gracias, ¿ya te dije que me gusto mucho, no?.
Besos

Anónimo dijo...

ese anónimo está super claro jajajaja
nico

Clark Kent dijo...

Este texto es lo más bonito que he leído en 26 años de vida. Vale que he leído poco, pero I MEAN IT.

Sophie dijo...

maximus!
un relato supremus!

en serio,me ha encnatado,es precioso,lo voy a leer again

;)