28 febrero 2007

Días grises

Si te conociera mejor tal vez sabría decirte la palabra exacta, la frase oportuna que alivie un poco la angustia de estos "días grises". Pero a pesar de la empatía seguimos siendo unos desconocidos. Me encantan las risas, pero quizá hoy necesitas algo más. Sin embargo siento que no puedo hacer nada desde este lado de la ventana. Sólo puedo regalarte este arco iris que coloreó mi gris fin de semana. Espero que pronto lo veas también en uno de los tuyos.

27 febrero 2007

El Cerro Uritorco

Dicen que hay un momento para todo, también para ir al Cerro Uritorco. Cojamos las mochilas, la tienda de campaña y vayamos a pasar el fin de semana. Hagámoslo por todos aquellos que lo dieron todo. Con valor, con su propio sacrificio. El Cerro Uritorco está plagado de historias. De experiencias no vividas. Allí, enterradas bajo capas de tierra, están todas esas fiestas que siempre soñaste pero que nunca se celebraron. Un arqueólogo encontraría todos los momentos que alguna vez deseaste vivir pero que te pasaron silbando delante de la cara. ¿Por qué los dejaste pasar? No te preocupes, todos están en el cerro, esperando. ¿Cuántos años tienes? ¿Veintiséis? ¿Veintiocho? ¡Vamos! Es el momento. Por todos aquellos que se sacrificaron. Por los que no pudieron. Por todos nosotros. Al cerro ya.

22 febrero 2007

Retirada de tropas



Un ejemplo divertido del aburrimiento de los soldados. Lamentablemente, hay otros ejemplos de la denigración a la que lleva a veces ese aburrimiento. También del peligro y el pánico que sufren los soldados. El resto, lo vemos a diario. Cada día me da más asco esta guerra. Iraníes, id haciendo las maletas...

18 febrero 2007

Génesis

Al principio creó Dios los cielos y la tierra. Todo era soledad y caos y las tinieblas cubrían la faz del abismo. Dijo Dios: "hágase la luz", y creó tus ojos. Los puso Dios en la bóveda del cielo para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno, los llamó estrellas, y pasó una tarde y pasó una mañana: el día primero.
El segundo día separó Dios la tierra de las aguas, moldeó las montañas y dibujó el contorno de tu piel. Dijo Dios: "hagamos la belleza", y del barro húmedo te creó perfecta. Y vio Dios que eras hermosa, te llamó Ángeles y pasó una tarde y pasó una mañana contemplándote: el día segundo.
Amaneció Dios algo triste el día tercero. Sembró la tierra de plantas y árboles, y te entregó sus semillas. Te regaló sus frutos para que te alimentaras de ellos y no te prohibió ninguno. "Con un fruto prohibido es suficiente", dijo Dios mirándote fijamente. Y no le entendiste... y pasó el día entero.
Y vio Dios que las bestias que poblaban la tierra, las aves que surcaban el cielo y los peces que se deslizaban en el mar no tenían nombre. Y creó Dios tus labios para que eligieras una palabra para cada uno. Sólo te prohibió una: "eternidad". Y pasaste el cuarto día jugando a nombrar las especies.
Vio que todas las palabras que habían salido de tus labios eran hermosas. Creó tu nariz para que respiraras el aire, tus manos para que tocaras el paraíso y tus pies para que lo atravesaras. Vio Dios que todo lo que había creado era bueno. Pero entre toda su obra sólo te premió a ti con la libertad.
El sexto día Dios te insufló su aliento. Su soplo de vida tocó tus labios y una lágrima brotó de los ojos de Dios. Comenzaste a existir, a su imagen y semejanza. Y pasó una tarde y pasó una mañana.
Amaneció el séptimo día y no encontraste a Dios. En medio de la creación, estabas sola en el mundo, buscando un sentido a aquel Edén. Dios desapareció, herido por el tacto de tus labios. Abandonó el universo y no lo gobernó más. Pasó los años recordando, soñando con el día en que el leve roce de tu boca no le provocase el mismo intenso dolor. Dispuesto a esperar toda la eternidad.

12 febrero 2007

Venus


Es un atardecer en cualquier lugar del mundo. Nada me amarra, yo llevo el timón. Hoy aquí, mañana allí. Así es la vida, al menos la mía. Sabes que nunca he ido a Venus en un barco. Ni falta que hace. No sé en qué río navegar, pero alguno surcaré esta tarde.