16 julio 2006

Piratas de buen ver (III): Mary Read

Lo de vestirse de chico a Mary le venía de pequeña. Su madre la disfrazó de varón para ocultar la muerte de su recién nacido y evitar así perder la herencia de su esposo. Mary no era hija suya. Nació de un desliz entre su rico marido y una aventurera que desapareció en barco... Parece que lo único que finalmente heredó Mary fueron los genes de su verdadera y desconocida madre.


Travestida desde niña, Mary cambió su nombre por Mark. Un jovencísimo Mark Read se alistó en la marina británica y allí se enamoró de un compañero, al que confesó su sexo. Pero ella tampoco había nacido para ejercer de esposa sumisa, y pronto terminó surcando las aguas del Caribe en busca de oro fácil, sin deshacerse, claro está, de la indumentaria masculina. Por lo visto, Mary también era aficionada a abrirse la camisa ante sus enemigos moribundos.

Capturada por Calico Jack, Mark Read se unió a la tripulación del Revenge y allí conoció a Anne Bonny. A partir de aquí la historia ofrece versiones muy distintas. Dicen que ambas -vestidas de hombre- supieron inmediatamente que la otra era mujer pero guardaron el secreto. Dicen también que Jack Rackham amenazaba constantemente a Mark con cortarle el cuello por la amistad cada vez más íntima que mantenía con su amada Anne. Y cuentan que lo que realmente había entre Anne y Mary era un profundo amor entre dos hermosas piratas que saqueaban barcos de día y se besaban a escondidas de noche. Lo que parece más evidente es que Jack, Anne y Mary se lo montaban bien y juntos entre abordaje y abordaje... El resto de la tripulación se conformaba con beber grog.

Sea como fuere, el final de este temido trío reserva a las dos mujeres piratas un lugar de honor en el selecto club del consenso de los historiadores. El Revenge fue abordado por un navío británico después de que los piratas robaran un enorme cargamento de ron. Según el relato de la batalla, toda la tripulación estaba borracha y en la cubierta del barco sólo quedaban "dos mujeres luchando como diabos". Los piratas fueran apresados y la corona británica puso así fin a las correrías de Calico Jack.

Por entonces Anne contaba sólo 20 años. Mary superaba ya los 30. Pero su leyenda no había terminado. En el juicio a la tripulación del Revenge en la isla de Jamaica todos los marineros fueron condenados a muerte. Anne y Mary alegaron estar embarazadas de Rackham y se libraron de la ejecución. Si era cierto o no difícilmente lo sabremos, pero parece probado que un médico acudió al juicio y certificó el estado de las dos piratas. Quizá fuera verdad. O quizá aquel médico no quiso ser el verdugo de dos figuras insólitas que habían acaparado la atención de media América y habían logrado algo impensable por entonces: ser uno de los principales temores de todos los marinos de la época a pesar de ser mujeres. Podría ser también que el indulto de ambas lo pagara alguno de sus padres, ambos millonarios aunque abandonados por sus bellas hijas adolescentes. O quizá la verdadera razón por la que las dos piratas fueron puestas en libertad fue una nota manuscrita descubierta en la mansión del gobernador de la isla: "Liberad a Anne Bonny inmediatamente o sentiréis el trueno de mis cañones una y otra vez desde Port Royal hasta Kingston". La nota iba firmada por el capitán Bartholomew Roberts, el pirata más temido de la época... No se conoce qué relación pudo haber entre ambos.

Salvadas por su belleza, salvadas por su astucia o salvadas por la suerte. Quizá las dos piratas más famosas de aquel tiempo combinaron las tres cosas para salir airosas de todas las tormentas a las que se enfrentaron. En la historia no siempre se recuerda el papel de estas mujeres, que no fueron las únicas: Grace O'Malley, Charlotte de Berry, Fanny Campbell, Ann Mills... Tan sanguinarias como los hombres. Más crueles que muchos de ellos. Pero algunas de ellas mucho más temidas que sus compañeros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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